noviembre 20, 2005

El dolor de la ausencia

Estoy escribiendo este post en la estación Guinardó de la línea amarilla. Estoy sentado en una banca de piedra, como de granito amarillo, típica del metro, adosada a la pared. Es la dirección Trinitat Nova, son las 20.34 y aunque ya se oye el tren, la pantalla marca que aun faltan 54 segundos para que llegue.
Mientras se van acercando, los vagones producen una sensación muy diferente a la de México. Aquí el ruido y la vibración son más secos, dan la sensación de un metro más pesado, tal vez por tener solo ruedas de metal. Los carros son muy cuadrados, Jorge decía que parecen un paquete de pan bimbo.
Mientras venía para aca iba leyendo mi artículo de Apel, que, como escribí antes, es un resumen del capítulo que habla del ars subtilior en "Notación de la música polifónica 900-1600". Se nota que ya pasaron los años. Ciertos términos, ciertos puntos de vista han cambiado. Pedro, por ejemplo, siempre nos habla con términos de la época.

La estación está vacía. Solo estoy yo, esperando a Rafael para cenar en casa de su prima. Vengo del Carrefour. Compré dos botellitas de un vino del Priorato.
Casi como si estuviera planeado, cuando el tablero pone que el tren llega en 1 minuto, se empieza a oir como avanza desde mi izquierda.
Pienso mucho en mi, en como me siento, en las cosas que quisiera cambiar de mi forma de ser. Trato de ser objetivo y abstraer un poco los hechos. Reúno pedazos buenos de este último estar, hurgando, localizando trazas que me convenzan de que estoy equivocado.

El siguiente tren.

Mi hermana dice que tengo que aprender, que me enamoro mucho y muy fácil. Lo que tengo que aprender es a no hacerlo, ovbio. Ma. Luisa me decía que los vínculos trascendentales se forman en el tiempo.

El tiempo.

De fondo hay una musica muy cutre tipo Ray Coniff que me resulta muy sana, es el justo contraste que necesito a mi estado de ánimo.

Próximo tren: 9´20".

A lo mejor en éste llega Rafa. Creo que pensar tanto en mi es egoísta. Estoy tratando de evocar mi situación de hace cinco meses, cuando terminé el primer año con Pedro y tenía tantas ganas de ir a Méx. Qué era lo que quería, qué pensaba, qué necesitaba, qué planes tenia.

Aunque sea egoísta me voy a tomar ese vinito y voy a pensar mucho en mi, en quererme un chingo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, creo que tu hermana tiene razón , debes de ser más objetivo y estar mas cercano a la realidad.
Salud!!!! ojala pronto pueda pasar averte.

Michelle On The Road dijo...

Hola.
No sé si tu hermana tenga razón o no. A mi me parece que hay que aprender a amar, a no salvarse, a asumir las consecuencias de la decisión de amar y decantarse cada vez, no importa si alguien o todos nos dicen que no es la persona "correcta", al final, todas lo son o nadie lo es. Amar es un ejercicio involuntario, asñi que creo que lo único que nos queda es tratar de hacerlo bien.
salud por tu blog, está muy bueno.
Michelle

La Chili dijo...

Bueno, corazón, creo que vas mejorando en estar, bien, eso siento, por otro lado recuerda que es lindo esto de ser en una melancolía eterna y que esa es una bonita imagen de nosotros mismos, pero a veces conviene romper esa imagen para tener una más ordinaria pero trnaquila, feliz, en cierto modo. Ya sabes que yo estoy en contra de Ma Luisa, creo comprenderte porque te conozco y pienso que nos parecemos, yo no creo que los lazos fuertes se hagan con el tiempo, aunque el nuestro sea así, yo se que a quienes amo hoy muchas veces empecé a amarlos muy pronto al haberlos conocido, simplemente porque sentí y comprendí que en ellos había algo a lo que mi corazón se sentía y sentiría unido, por mucho tiempo. Me gustaría que pudieras disfrutar más de las maravillas que implica vivir allá, no vayas a estar melacólico cuando regreses a México, extrañando Barcelona, trata de poner la cosas en perspectiva de más años, eso siempre ayuda, si uno piensa en el problema y cómo lo verá en cinco años. Por otro lado no creo que se nada egoísta pensar mucho en tí, simplemente hay un concepto social de que lo es, pero uno se tiene a si mismo, ¿en quién más va pensar?, en fin, recuerda que te quiero montones, te dejo muchos besos,
tu Tamalera.

alonso ruvalcaba dijo...

casi concuerdo con michelle: la voluntad se somete (voluntariamente). ¿sed podría parafrasear a paz y decir que el amor es dos voluntades enlazadas? supongo que sí.

un abrazo desde acá. por cierto: extraño mucho barcelona, tapas en cal pep, tapas mamonas en arola, postres en espai sucre y txacolí (pero muchísimo) en sagardi.

ni modo.

Anónimo dijo...

oigaaaannn... primero deberían escuchar todo mi argumento.... te quiero mucho hermanito. pórtate bien. je veux déjà verte. non ploris plus. recuerdos dde kazmar y bogar. besos míos. z