enero 17, 2006

canelayaní, canelayaní

Albita es genial, es la neta, aunque cante más o menos, aunque no me gusta como improvisa (no tiene ese estilo de antaño, como el de Ibrahim Ferrer, a quien estoy descubriendo en grabaciones anteriores a su redescubrimiento con el Buena Vista Social Club) y sea desafinada, creo que sus músicos son muy buenos y los arreglos también.

Pues estoy regresando a la vida, estoy de camino entre el limbo al que me dejé caer y el jardín de las delicias a donde quiero llegar. Estos días he ido descubriendo a tres mujeres maravillosas en un plan más cercano, son Elisa, Rosa Elena y Elizabeth. El domingo pasado nos tomamos unos tragos en El Almirall, un bar del Raval, muy cerca del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, que es uno de los más viejos, según me han dicho. A partir de conocer experiencias suyas me tranquilicé bastante y tengo nuevas ganas de seguir adelante.

Me voy para terminar un resumen de un artículo sobre los músicos del rey de Portugal en el siglo XIV, cuando lo termine se los enseño.

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