enero 23, 2006

Another chance

Me sigue sorprendiendo el mal gusto que tengo para cierta música, como esa rola del título, another chance. No tiene nada de especial, es el típico ritmo electrónico que ni siquiera sabría clasificar dentro de un género. Pero me gusta, me acuerda mucho de las vacaciones pasadas con mi hermana y mi padre.

¿Podría decir que tengo un gusto ecléctico? Creo que es mucho pedir. Más bien creo que mis criterios son muy blandos y una canción o una música puede gustarme o no dependiendo de las condiciones en las que me encuentre cuando me topo con ella. Hasta en eso soy temperamental.

Pues vengo de comer en la terraza de la escuela, "el titanic", porque dicen que se parece a la popa de un barco. Hacía mucho sol, hasta calentaba! Mientras Timi y yo comíamos, ella un guiso que hizo de cous cous con atún y garbanzos (esta es la dieta de los estudiantes extranjeros de la Esmuc, que se alterna con pasta o bocadillos) y yo mi ya tradicional bocadillo de lomo en pan con tomate, estuvimos oyendo a un grupo de unos seis amigos que improvisaban flamenco, a una guitarra y dos cantantes, y claro, las palmas. Genial, la verdad no soy especialmente afecto al flamenco, pero verlos ahí me encantó, haciendo todo con tanta naturalidad, sin preocuparse que si la afinación, que si están juntos en tal lugar, que si la dicción. Muy suave, la cantante buenísima, con las coloraturas típicas del estilo, iban alternando frases de la voz con comentarios de la guitarra mientras los demás palmeaban con diferentes patrones de subdivisión.

Sigo con los motetes de Ciconia en la cabeza, cada que escucho este disco descubro cosas nuevas. Tengo que terminas de analizar una villanesca de Francisco Guerrero y pues no tengo idea de por dónde empezar, hace mucho tiempo que no toco nada tan moderno (siglo XVI), jejejeje! De verdad!

Ehm, muchísimas gracias a toda la gente que, finalmente, me ha escrito, Zitaima, Gustavo, Alejandro, Ana, Georgina, papá, Jaime, Paulina, etc. Les mando un abrazo sentido.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

TODOS tenemos lado oscuro para eso de la música, y para otras cosas, claro. Pero en la música creo que es lógico, es el sound track de tu vida. Y la rola puede ser pinchísima, pero si te trae gratos recuerdos, ya no es sólo la rola, sino también y a veces mucho más importante: la memoria que la acompaña.
Un saludo desde el mismo lado del mar que pisas.
Compatriota desconocida en el exilio barcelonés.

alonso ruvalcaba dijo...

estimado,
siempre me llamaron la atención tus intereses musicales. y, de plano, comparto contigo el gusto entre temperamental, laxo y francamente abierto a lo que sea.

saludos desde acá

Tonatiuh dijo...

no seas así, compatriota anónima! no me dejes con la incógnita, nos conocemos?

si, la verdad que eso de las rolas que acompañan la vida da mucho de si, como para hacer todo un análisis. a mi no sólo la música, los olores por ejemplo me desencadenan todo lo que sentía en un instante determinado, tienen un efecto muy poderoso en mi, puedo evocar con gran exactitud y casi sin proponérmelo esos sentimientos (hay una loción que se llama Ted Lapidus que me recuerda mucho cuando estaba chavito y cantaba por primera vez en Bellas Artes, en el coro de la ENM. hicimos, para variar, la 8a de Mahler).

alonso, gracias por darte el rol por aquí, que chido que te tomes la molestia. si, por lo general esa es mi actitud ante todo, estar abierto a cosas nuevas, desconocidas, o poco conocidas. así me empezó a gustar la música de banda, que conocía muy poco y nunca había escuchado en vivo y menos en una feria, como la de Texcoco, ya llovió también.

les mando un saludo